Pero, como lo encontré, lo agrego...
Me tocó que buscar las líneas que le escribí a la vieja
Catalina para no repetir las frases que leímos en presencia tuya, aquel
diciembre del 2008. Era una prosa en resumen de las cosas y vivencias que
rodearon la vida de nuestra querida nona… sí… tu mamá, la que te siguió a todas
partes con esa carga de muchachos. Esa noche soñaste con ella y al otro día
estuviste radiante de alegría porque, a pesar de la bullaranga de cualquier 24
o 31 de diciembre, habías logrado hablar con la vieja Cata, a través de ese
contacto mágico de la imaginación. Ese tip no lo sabía mucha gente, pero me
tocó escribirlo este jueves cuando ya te
había visto allí puesta sobre esa sala, recibiendo lo que sembraste durante
toda tu vida. Te vi serena, tranquila, más bien algo pintada para la ocasión.
No me atreví a decirte nada por lo de las cejas y el perfume porque estabas
profundamente dormida. Tal vez, abriéndote paso, entre esa gran multitud que
acudió a recibirte, igual como te lo leías cada mañana, cuando repasabas las
lecturas de tus libros sagrados.
Así se consumieron tus 81 años, llenos de ajetreos, de
responsabilidades cumplidas, de amores dispersos, teniendo como premisa hacer
el bien, sin importar a quien. Por eso tu casa, después el apartamento, se
convirtió en el sitio obligado de citas de quienes querían reír y desahogar su
espíritu. Ahí estaba siempre “Mamita Cristina”, presta a ponerles el hombro o a
dar un mendrugo de pan por la ventana, al desasistido del día.
Y, si de tirar
piedritas era el asunto, entonces recurrías a tu variado repertorio de
píldoras que muchas veces ponían de sobresalto a los descarrilados.
Si, mami,… esa es un poco parte de esta historia que hoy se
cierra y nos deja huérfanos de tu presencia pero con la imborrable huella de
unión y de paz que siempre irradiaste
entre los tuyos. Como ya sabes, hablaremos de ti el tiempo que nos
queda para conocer más de tu sencilla
manera de entender la vida. Gracias por ese ejemplo de mujer. Estoy seguro que
si la humanidad conociera de lo que fuiste capaz de construir hoy se derramara
una lágrima colectiva por esta irreparable perdida. Chao Mama….